En Agamenón de Esquilo: tragedia, escolios y paráfrasis su autor Gonzalo Jerez Sánchez nos propone no solo un acercamiento directo a una de las obras maestras de la literatura universal, sino que lo hace con una propuesta didáctica que remeda los errores de los materiales más tradicionales, como antologías anotadas, ediciones críticas, bilingües o directamente traducciones.
El libro es pues una propuesta hermenéutica del texto original de Esquilo por medio de dos textos alternativos, uno en verso y otro en prosa, ambos en griego ático clásico.
El texto en verso no está completo, sino que se trata de una mezcla de aquellos términos originales que no suponen ninguna dificultad para el estudiante más las glosas, que son sinónimos más sencillos de aquellos términos que pueden ser confusos, bien por ser dialectales, arcaísmos, términos poéticos inusitados o simplemente hapax legomena producto de la inspiración poética. Al estar estas notas integradas morfológicamente en el texto como glosas (σχόλια) morfológicas y sintácticas, invitan a hacer una lectura alternativa del verso completo intercambiando las palabras originales por sus glosas para facilitar el primer acercamiento al texto, que es ciertamente muy complejo. Además, estas glosas están —en la medida de lo posible— conectadas etimológicamente con el término glosado para facilitar así la compresión y asimilación del vocabulario.
El texto en prosa puede usarse como lectura previa si el alumno no se siente con la seguridad suficiente para enfrentarse directamente al texto original o incluso al texto glosado. Se le puede dar también un uso a posteriori para confirmar la comprensión del texto original. Este texto también se esfuerza en reordenar la sintaxis de la obra haciendo uso del vocabulario original.
Es evidente que este material exige unos conocimientos previos de griego, pero ¿exactamente cuáles y a qué tipo de estudiantes va dirigido? El libro mismo nos ofrece una herramienta muy eficaz para saberlo, gracias al mismo texto en prosa: si el estudiante es incapaz de entender a primera vista y con absoluta fluidez estos textos prosados (que cubren toda la morfología y sintaxis del griego ático), simplemente no posee todavía las competencias lingüísticas necesarias para poder aprovechar el resto del material.
Este libro demuestra que la lectura de los clásicos griegos, incluso de aquellas obras de enorme dificultad consideradas como disfrute exclusivo para prácticamente cuatro hiperbóreos privilegiados, pueden ser editadas para ser leídas y —más importante todavía— disfrutadas por estudiantes con conocimientos de griego relativamente básicos, aunque tampoco hay que llevarse a engaño: no se trata de un Agamenón de Esquilo de aquellos métodos sans peine. Estamos quizá ante uno de los textos clásicos más complejos de toda la literatura griega, no solo a nivel de lengua, sino también de interpretación. El autor nos guía por el bosque (verdaderamente inabarcable y desesperante en caso de enfrentarlo sin ayuda) del léxico y del lenguaje poético. A partir de aquí el trabajo será largo para el lector, sí, pero con la seguridad de llegar a ser provechoso (lo que podemos garantizar, al haberlo experimentado personalmente), así como placentero y enriquecedor.
Esta es en definitiva la gran novedad que ofrece esta propuesta que, como muchas novedades, está más lejos de ser una intuición genial que una reflexión sobre otros métodos de enseñanza anteriores con otros planteamientos, objetivos e inquietudes diferentes a los buscados por algunas programaciones oficiales siempre —aunque nunca lo bastante— denostadas… métodos relacionados en este caso concreto con la didáctica del griego clásico en la época bizantina, del cual el autor es un profundo conocedor.
Solo nos queda agradecer al autor el esfuerzo en la creación de este material, en el que ha invertido varios años y una enorme erudición, para ofrecernos la posibilidad, verdaderamente única, de introducirnos en el tenebroso palacio de los Atridas, con su ominosa atmósfera y sus paredes llenas de sangre, con las mismas (o casi las mismas) palabras con que lo imaginó el poeta hace ya casi 2.500 años en esta la primera parte de la única trilogía conservada en la dramaturgia griega clásica.
El libro puede encontrarse aquí: https://libreriaaurea.com/es/
Reseña: Asier Mendoza Petite